
Hay que tener en cuenta que se han pasado mucho tiempo
metidos en un lugar húmedo, calido y seguro y que al llegar al mundo todo les
resulta frío, seco y luminoso. Esa es la razón de que pasen mucho miedo y se
sientan muy indefensos.
Por lo tanto, para dormir a un bebé hay que proporcionarle
un ambiente parecido al claustro materno, darles seguridad, calor y la clase de
movimientos con los que están familiarizados, pero sobre todo, los padres deben
estar calmados y relajados ya que al abrazarlos para dormirlos se convierten en
un medio ambiente, que puede ser hostil o acogedor.
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